Confirman primeros casos de cólera tras ciclón en Mozambique

Las autoridades de Mozambique confirmaron hoy los primeros casos de cólera en Beira, una ciudad devastada por el ciclón Idai, elevando el riesgo en una lucha ya de por sí desesperada para ayudar a los cientos de miles de personas que se refugian en condiciones cada vez más precarias.

Cinco casos de cólera se registraron en Munhava, uno de los vecindarios más pobres de la ciudad portuaria, dijo el director nacional de asistencia médica, Ussene Isse, a reporteros. Beira, que tiene unos 500,000 habitantes, sigue intentando proporcionar agua potable y saneamiento tras el paso de Idai el pasado 14 de marzo.

El cólera es la principal preocupación entre los sobrevivientes, que ahora viven en atestados campamentos, escuelas, iglesias o en tierras todavía expuestas a las persistentes inundaciones. La enfermedad se contagia por el consumo de agua o comida contaminada y puede acabar con la vida del paciente en cuestión de horas.

La Organización Mundial de la Salud advirtió de un “segundo desastre” si enfermedades transmitidas por el agua como el cólera se extienden por la devastada región.

El presidente del país, Filipe Nyusi, se dirigirá a la nación más tarde en el día para explicar la respuesta de su gobierno al paso del meteoro, que dejó más de 460 muertos y a 1.8 millones de personas con necesidad de ayuda urgente.

El huracán que borró una isla entera de Hawaii

Durante el pasado otoño del 2018, el huracán Walaka pasaba por el Pacífico Central al oeste de las islas principales de Hawaii. Walaka fue uno de los huracanes más poderosos en registrarse en dicha cuenca. En la historia, solo un huracán ha tenido una presión mínima central más baja que los 920mb que alcanzó este.

Antes

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Después

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Walaka fue tan fuerte que borró una isla entera de su existencia. Localizada a cerca de 500 millas al noroeste de Honolulu, Hawaii, East Island era parte de los bancos de arena de la Fragata Francesa. No obstante, Walaka tuvo un impacto directo y su marejada ciclónica barrió la arena de la isla y la esparció a través de los arrecifes de coral circundantes.

«Tuve un momento terrible, pensando, ‘Oh Dios mío, se fue,'» dijo Chip Fletcher, científico del clima de la Universidad de Hawaii.

Fletcher estaba haciendo una investigación el pasado julio en East Island, isla que medía aproximadamente unos 11 acres. El había dicho que eventualmente la isla estaría bajo agua; pensó que tomaría otro par de décadas o más para que el aumento del nivel del mar se tragara la isla.

En cambio, un huracán categoría 4 la eliminó en tan solo una noche.

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East Island era una tierra de anidación para las tortugas marinas verdes hawaianas y para las focas monje.

Mientras tanto, los investigadores no están seguros de las implicaciones a largo plazo de la desaparición de la Isla, o si nunca volverá.